Exilio y muerte
Rosas se refugió en el consulado británico, la tarde del día siguiente, protegido por el cónsul británico Robert Gore, partió hacia Inglaterra en el buque de guerra británico Conflict. Se instaló en las afueras de Southampton.n 9 Allí vivió en una granja obsequiada por el gobierno inglés, donde intentó reproducir algunas de las características de una estancia de la pampa. Fue otra de las tantas contradicciones de su vida, al buscar refugio en un país con el que estuvo repetidamente en conflicto.
En su exilio recibió muy pocas visitas, pero escribió un buen número de cartas a quienes habían sido sus amigos. En general, trataban de su situación económica, de testimonios sobre su propia vida y en algunos casos tocaba temas de política actual.
Complicando aún más su propia imagen, ya bastante controvertida, escribió a Mitre que lo que le convenía a Buenos Aires era separarse del resto del país y establecerse como una nación independiente.n 10 Nunca aprendió a hablar inglés ni ningún otro idioma.n 11
Murió en el exilio el 14 de marzo de 1877, acompañado por su hija Manuelita, en su finca de Southampton, Inglaterra.
Cuando la noticia de su muerte llegó a Buenos Aires, el gobierno prohibió hacer ningún funeral ni misa en favor de su alma, y organizó un inusual responso por las víctimas de su "tiranía".
Sus restos fueron repatriados a la Argentina el 1 de octubre de 1989 y reposan actualmente en el panteón familiar del Cementerio de la Recoleta en la Ciudad de Buenos Aires.
[editar]Después de Rosas
Después de la caída de Rosas, Urquiza se apresuró a reunir el Congreso Constituyente de Santa Fe, que sancionó la Constitución Argentina de 1853, del 1° de mayo de ese año. Y al año siguiente asumió como presidente de la Argentina. Pero la provincia de Buenos Aires, dominada por los unitarios (y muchos antiguos colaboradores de Rosas) se negó a participar en esa Constitución y se separó del país.
Este fracaso, y las largas guerras civiles que siguieron, por lo menos hasta 1880 (en las cuales participaron miembros del partido federal hasta 1873), justificaron el descreimiento de Rosas en la esperada acción pacificadora y modernizadora de la constitución que había combatido.
Tampoco hubo un cambio significativo en las costumbres políticas ya que los gobernantes que lo sucedieron, que se habían opuesto a su régimen quejándose de las persecuciones sufridas, hostigaron con extrema crueldad a sus opositores, a quienes negaron los derechos más elementales, ejecutando a muchos de ellos con la excusa de que no eran partidarios en armas, sino simples bandidos.
Los críticos más emblemáticos de Rosas y su gobierno fueron políticos de ideología liberal como Alberdi (aunque este luego cambiaría en parte su opinión), Mitre y Sarmiento. Éstos habían debido emigrar en ese período hacia otros países, como Uruguay y Chile. Tras la batalla de Caseros, todos ellos regresaron juntamente con los cientos de exiliados a causa del rosismo. El pensamiento de Alberdi y su obra Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, conjuntamente con el modeloestadounidense, y las constituciones argentinas anteriores fueron la génesis de la nueva Constitución Nacional.
Los restos de Rosas recién fueron repatriados en el año 1989 y poco después se construyó su primer monumento en Buenos Aires, en la Plaza Intendente Seeber, en Palermo.
Algunos pueblos de la Argentina (e incluso una avenida de San Carlos de Bariloche) recuerdan al Restaurador, pero en la ciudad de Buenos Aires no existe ninguna calle con su nombre, ni tampoco hay pueblo alguno que lo lleve. En la localidad de Morón (Buenos Aires) existe la calle Ortiz de Rosas, cercana al Cementerio de Morón, y también, la avenida Brigadier General Juan Manuel de Rosas, siendo la avenida donde se encuentra ubicado el único shopping de la zona. Actualmente, el Estado Argentino manifiesta el reconocimiento a la figura de Rosas incluyendo su imagen en los billetes de 20 pesos de curso legal.
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